Tras la revolución del PC, de Internet y del móvil estamos a las puertas de una cuarta ola de innovación. Los expertos hablan de una auténtica tormenta perfecta gracias a la posibilidad de aplicar los avances de la inteligencia artificial en un mundo hiperconectado dominado por la explosión de los datos. Además, con la próxima llegada del 5G se dará un gran salto al hacer realidad servicios, desde el coche conectado a la telemedicina, que requieren un alto ancho de banda y tiempos casi instantáneos de respuesta. Se sientan así las bases para ver cómo se despliegan aplicaciones basadas en la realidad aumentada o en la inteligencia de los asistentes de voz, entre otros. Mientras, las empresas siguen explorando en diversos proyectos el potencial del blockchain.

Y, más a largo plazo, hay muchas esperanzas puestas en la computación cuántica, que promete crecimientos exponenciales en la capacidad de procesamiento actual.

A Las puertas del 5G

En España arranca el 5G. Vodafone toma la delantera tras lanzar sus servicios con esta tecnología este verano. Desde un punto de vista tecnológico, existen los ingredientes necesarios, puesto que la industria ha desarrollado ya el núcleo central de la red, el equipamiento de radio y los terminales (en el último Mobile World Congress -MWC-) se anunciaron ya media docena de smartphones preparados para el 5G). La alta velocidad de esta tecnología y su baja latencia serán clave en el desarrollo del Internet de las Cosas, dando impulso a revoluciones como la de la fábrica conectada o el coche autónomo, por ejemplo. No en vano, el 5G promete en un futuro, con un despliegue masivo de antenas y espectro suficiente, velocidades a partir de 20 gigabits por segundo, es decir, 30 veces las velocidades que ahora ofrece la fibra en España (600 Mbits) y 500 veces la velocidad media del 4G en Europa (40 Mbits), según la consultora Open Signal. El otro salto del 5G respecto a las actuales redes se producirá en la latencia, es decir el tiempo de respuesta de la red, puesto que con la próxima tecnología tendremos en velocidades de incluso 1 milisegundo, cuando ahora lo normal es superar los 50 milisegundos. Será entonces cuando podamos hacer realidad escenarios que ahora suenan a ciencia ficción, como la posibilidad de que un cirujano intervenga a distancia controlando con una gafas de realidad virtual un brazo robótico; o el coche sin conductor.

Leer más

Fuente: Expansión